El origen de las incrustaciones de cal
La cal comienza a acumularse en cuanto el agua dura empieza a circular a través de un tubo. El calcio contenido en las aguas sin tratamiento cristaliza, convirtiéndose en una estructura adherente (1). Estos cristales se adhieren entre sí en las superficies, produciendo inmediatamente incrustaciones calcáreas sólidas que tienen consecuencias destructivas.
Las incrustaciones de cal se desarrollan aún más cuando la presión del agua varía. Esto ocurre cuando el agua cambia de dirección en una curva o intersección, produciéndose turbulencia, o cuando sale de la tubería por un grifo. Esta disminución de la presión aumenta la formación de cristales de calcio, formando una especie de rebaba que se adhiere a cualquier superficie.
Además, las incrustaciones calcáreas se forman especialmente en lugares con alta temperatura, tales como calefactores y radiadores. Cuanto más alta es la temperatura de la superficie, más se desarrollarán las incrustaciones de cal. Los lugares problemáticos más frecuentes son los calefactores, los calentadores de agua, etc.
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